domingo, 10 de marzo de 2013

Altar de deidades deportivas: CRAVEN COTTAGE



Todos tenemos sueños, unos muy grandes son difíciles de cumplir, otros mas pequeños están al alcance de la mano. Yo pude cumplir uno de esos pequeños sueños gracias a la mano que para mi todo lo alcanza, la de @LoretoDominguez.

Cuando uno baja del metro en la estación de Putney Bridge y encara los verdes jardines de Bishop's Park, a la orilla del Támesis, empieza a notar que no va a acudir a un simple partido de fútbol y cree entender algo mas esa mística que rodea al fútbol ingles. Pasados unos minutos rodeado de parte de la hinchada cottager aparece en el horizonte la fachada que mas tiempo lleva viendo fútbol, al final de Stevenage Road saluda con la solemnidad que aportan los años Craven Cottage.

El estadio, que según reza uno de los carteles de la fachada, es el hogar del Fulham FC y de todos los hinchas de este equipo del oeste de Londres, emana un olor a historia y respeto que te invita mas a calzarte un abrigo de paño y una boina gris al estilo de los obreros de principios de siglo, que a hacerle una foto con tu smartphone. Desde finales del siglo XIX lleva rodando el balón por este campo, ojala perdure por muchas décadas mas.

Si uno busca grandes leyendas no es el sitio, si busca la razón de por que el fútbol se ha instalado en el corazón de tantas y tantas personas puede que encuentre varios motivos. El Fulham no tiene una lista larga de jugadores que haya causado emoción mas haya de sus gradas, sin embargo honra con respeto al mas grande de su historia, Johnny “The Maestro” Haynes. La estatua del que llego a ser capitán de la selección inglesa custodia la esquina junto a la casa club del Fulham y es lugar de peregrinaje y fotografía obligada para los cottagers. Tuve la suerte de contemplar la imagen de un padre y su hijo, de unos 8 o 9 años, hablando frente a la estatua del mítico jugador. El padre, agachado para estar a la misma altura del niño, le explicaba quien había sido y porque tenia una estatua para terminar la explicación diciéndole que el abuelo le podría contar mas cosas, fue una casualidad pero me pareció entrañable.

Quizá el detalle mas nostálgico del estadio sea el tramo de grada de madera que aun se conserva en el lateral conocido como Johnny Haynes Stand. Una grada con asientos de madera que no pueden ser sustituidos sino restaurados debido a su valor histórico, una vez mas, historia y respeto van de la mano en Craven Cottage.



El partido que presencié fue lo de menos, gano el Fulham al Stoke City por 1 a 0, el gol lo marco Dimitar Berbatov con un preciosa volea que hizo saltar las 25.000 que poblábamos el estadio. Seguro que pasados algunos años no recordaré a muchos de los futbolistas que tuve a apenas unos metros pero no creo que se me olvide nunca esa sensación, ese palpito, de que si pasas por la noche por Stevenage Road y escuchas atentamente, puedes oír el eco de los ánimos de los cottagers durante cientos de años gritando “COME ON FULHAM, COME ON FULHAM!!!”



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